LITERATURA
Te contamos
que en Jornada Extendida, en Literatura y TIC, hemos producido cuentos
sonorizados y obras de teatro que luego
musicalizamos con la ayuda de la profesora de Música. La experiencia estuvo
buenísimaaaa!. Te publicamos un cuento y una obra teatral. Si querés verlas a todas y escuchar los efectos sonoros seguí viendo nuestro blog.
Te presentamos nuestras producciones, esperamos tus comentarios sobre ellas.
LA NOCHE
LIBRE DE LOS MUERTOS
Una noche
de lluvia dos
chicos decidieron ir
a una casa
abandonada muy antigua
y grande. Estaban
muy entretenidos jugando.
De repente, golpearon
la puerta. Asustados, se
escondieron abajo de la mesa.
Se empezaron a
escuchar pasos. Éstos cada vez
se oían más cerca. Ellos temblaban
de miedo. De pronto,
se empezaron a
cerrar y abrir las ventanas
solas, a moverse las cosas
sin tocarlas, a escucharse voces
extrañas... Aterrorizados comenzaron a
gritar pero nadie los escuchó. La lluvia empezó a caer copiosamente con
relámpagos y truenos gigantes.
Desde la ventana
zombis se asomaban. Los chicos no sabían qué hacer, hasta que despacito uno de
ellos se arrastró por el piso llegando a un teléfono e intentó llamar, pero
aquel no tenía tono. El otro, desesperado, se levantó y corriendo se escapó por
la ventana de atrás de la vivienda, sin que los zombis lo vieran. Corrió, buscó ayuda
en su hogar, pero nadie le
creyó.
Su hermano que no pudo evitar escuchar la
conversación, confió en él, porque cuando era chiquito había pasado por la misma experiencia. Los
dos hermanos fueron corriendo a la
policía, pidieron que los acompañaran y se dirigieron a la casa abandonada en
el patrullero. El chico buscó a su
amigo, lo encontró abajo de la mesa con los
ojos cerrados, llorando y pidiendo
ayuda. De los zombis ni noticia. Nadie creyó lo sucedido, sólo se pensó
que fue una aventura e invento de niños. El misterio no se develó.
Los pequeños
volvieron a su casa como si nada
hubiera pasado confiando en que muy pronto la verdad saldría a la luz.
Autores:
Victoria, Jazmín, Alexis, Facundo, Sergio
La mansión embrujada.
La historia cuenta que hace
mucho tiempo en un bosque había una
mansión donde vivía una nona que hacía
hechizos y brujerías.
Un día, la
nona falleció en
su patio, pero nadie
se enteró porque vivía en el medio del bosque y el
cadáver, dicen, fue comido por distintos animales.
Muchos años después, la mansión se puso en venta. Una familia la compró y se instaló allí.
Cuando los niños
llegaron a su
cuarto vieron que
la pieza estaba
llena de fotos de personas ,
corriendo fueron a llamar a sus padres
y cuando ellos entraron al dormitorio
no estaban más las fotos.
Los niños quedaron sorprendidos, los padres se
recostaron en su habitación y pensaron que se trataba de una broma de sus
hijos.
Olvidándose de lo sucedido,
los niños se fueron a jugar al patio y encontraron muchos huesos tirados. Ellos
siguieron caminando por el patio, hallaron una chocita y entraron.
En ella había una olla, botecitos con líquidos, un cucharón
grande, velas negras, muchos libros.
A la noche, cuando todos estaban durmiendo, los niños se levantaron sin hacer ruidos, fueron directamente hacia la chocita y
empezaron a hacer experimentos
pensando que eran para jugar.
Los pequeños vieron
un mueble, dos libros
y uno de
ellos decía brujerías, el otro, hechizos, los
chiquillos, inocentes,
abrieron el que
decía brujerías, agarraron los
materiales disponibles en el lugar y empezaron a trabajar. Cuando terminaron el experimento decidieron ir a acostarse.
Al día siguiente les dieron el líquido obtenido con el experimento a
sus padres, diluido en jugo. Aquéllos bebieron sin darse y se
enfermaron a las pocas horas.
A la noche, cuando los chicos y los padres
estaban durmiendo, alguien se dirigió a la pieza de los pequeños, abrió la puerta y en ese instante ellos
despertaron. La nona estaba allí, flotando en el ambiente, le faltaba carne en
su rostro, tenía un sombrero de bruja y algo extraño en las orejas. Los niños
estaban tan asustados que no les salía ni gritar. Temblorosos preguntaron:
-¿Qué quieres?
-Hacer un pacto con ustedes,
dijo la nona.
-¿Qué pacto?, interrogó Agustín
La nona mirándolos fijamente
expresó: -Ustedes vieron que sus padres están enfermos por el experimento que le
hicieron tomar...
-Sí, pero a usted que le interesa lo que haya pasado aquí, manifestó el
otro pequeño.
-¡Claro que me interesa! porque yo tengo la solución, manifestó la
anciana.
-¿Y qué solución tiene usted?
-Yo tengo la solución para que
sus padres no estén más enfermos, pero primero tenemos que hacer el pacto.
-Bueno ¿y qué pacto sería?
-Yo curaría a sus padres,
pero ustedes tienen que conseguir que
sus padres vendan la mansión.
-¿Por qué te tenemos que dar la
mansión?
-Porque yo soy la dueña y es el
lugar donde yo viví desde chiquita.
-¿Por qué no haces ahora el
experimento así mañana hablamos con nuestros padres?
-Está bien.
La nona hizo el experimento y se
lo dio a los niños
para que se lo hicieran tomar a
sus padres, esta vez con el café. Al instante, ellos se sintieron mucho mejor.
Los niños se pusieron muy contentos
y convencieron a sus padres para que abandonaran la casa y la pusieran
en venta. La familia se fue a vivir muy lejos de allí.
La
mansión nunca se consiguió vender, pero permanece siempre conservada y limpia
como si alguien viviera en ella. ¿Será la abuela?